Siempre entre la naturaleza y las letras

Su visión, durante muchos años de hombre ilustrado, en no pocas ocasiones ha estado íntimamente ligada a la de eminente investigador de todo tipo de ciencias humanas, hecho que ratifica aún más la teoría de un Viera en el que no se pueden separar las ciencias naturales de las letras. Su prolífera narrativa, su don de la palabra, fue lograda no solo gracias a su férrea formación, sino al elenco de célebres firmas con las que se codeó durante las diferentes facetas de su vida. A esa incesante capacidad creativa en torno a la ciencia se refiere el Graduado en Historia, Javier Estévez en su artículo “Viera y Clavijo, elogio del saber desde el pensamiento ilustrado”, publicado en el digital “CanariasCCNews”:
   
“A lo largo del 2013 se ha conmemorado con diversos actos el bicentenario de la muerte de uno de los canarios más importantes: José de Viera y Clavijo (1731-1813).

Viera y Clavijo es hoy muy conocido en su faceta de historiador por su obra Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, pero fueron múltiples los temas que abordó el ilustrado realejero. Durante el pasado año 2013, especialmente en Los Realejos, se ha intentando romper con la visión tradicional de un Viera estudiado desde un punto de vista histórico o filológico. De esta forma, hemos observado a un ilustrado que estudió y se interesó por la Botánica, la Agricultura, la Astronomía, la Geología, etc.  

En el campo de la Naturaleza, sobre todo, destacó su contribución mediante el Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, monumental obra donde realizó meticulosas descripciones de diversas especies vegetales. La obra puede entenderse como una síntesis de la información existente para la época en relación con los tres grandes reinos, donde destaca la claridad, precisión y sencillez expresada por el autor, reuniendo en el diccionario más de 1000 nombres. Viera escribió además Boda de las plantas (1806)  estando compuesta tal obra por 47 octavas reales, donde el librito puede considerarse como poesía didáctica. La introducción en prosa describe la flora y expone toda una serie de características. Otra de sus obras en relación con tal tema sería Librito de la doctrina rural, escrito en forma de diálogo, compuesta por 26 apartados. A esto se vienen a unir otras obras como el  Tratado de la barrilla dispuesto en forma de diálogo (1810). La aportación de Viera en el campo de la naturaleza es, por tanto, importante, donde su legado como primer naturalista canario ha quedado incluso en un género de plantas conocidas como Vieraea, así como en la denominación a un Jardín Botánico de Gran Canaria con su nombre, entre otras distinciones.



Enciclopedia humana y apasionado divulgador

En otros campos como la Agricultura, Viera también tuvo su importancia. Obtuvo toda una serie de conocimientos que los propios agricultores le transmitieron, preocupándose incluso por acercar tales enseñanzas luego a los jóvenes. En su obra Diccionario de la Historia Natural de las Islas Canarias, recogió toda una serie de informaciones relativas a diversos productos en torno a los cuales destacaba sus propiedades y la manera en la que estos debían estar cultivados. La obra de Viera en relación a la agricultura debe ser tomada con precauciones, pues tiene sus errores y hay que acercarse a la misma desde un punto de vista de crítico, pero por otra parte, destaca la figura de Viera como conocedor del mundo campesino y de los valiosos conocimientos que éste nos dejó y que aún hoy, muchos pueden ser aprovechados.

Viera también prestó atención a la Astronomía, siendo buena muestra de ello su obra Noticia del Cielo o Astronomía para niños (1807) donde a lo largo de 79 preguntas, Viera va explicando toda una serie de hechos relativos a la Astronomía y a las curiosidades que puedan ir surgiendo sobre tal disciplina. Llegó el ilustrado a exponer la necesidad en 1764 de construir un observatorio, proponiendo como lugar el refugio de Altavista. Viera, además, relató y describió la presencia de una aurora boreal en la ciudad de La Laguna el 18 de enero de 1770.

La Química sería de otro de los objetos de estudio de Viera. En la ciudad de París pudo avanzar mucho al respecto, donde acudió a diversas conferencias, siendo a partir de 1777 cuando obtuvo los primeros contactos Viera con la ciencia, accediendo a cursos de física experimental con Sigaud de la Fond además de acudir a cursos de Química con Sage. Es importante matizar que tal ciencia comenzó a desarrollarse durante el siglo XVIII, siendo Lavoissier un referente de conocimiento al respecto en tal época. Las máximas aportaciones de Viera en el campo de la Química corresponden a los estudios de las aguas de Teror, así como el análisis de las aguas de Telde, además de las analíticas que hubo de entregar para el análisis del agua de la fuente de Morales en Gran Canaria. En cuanto al agua de Teror, se sabe que fue directamente a la fuente, realizando análisis organolécticos observando el color, olor y la sensación al paladar.

Tuvo también en cuenta la temperatura y obtuvo mediante esa fórmula algunas conclusiones. Realizó toda una serie de estudios en el agua, pero no de carácter bacteriológico, frente a lo que se puede realizar hoy en día. En definitiva, resulta importante reconocer la labor en el campo de la Química desarrollada por Viera con los conocimientos que disponía en aquellos momentos.

En el campo de la Geología, se ha de destacar el contexto en el cual Viera se movió, donde tendríamos a figuras como Buffon con su obra Teoría de la Tierra de 1779, quien llegó a calcular la edad de la tierra en 79.000 años. Será durante esta época cuando se acuñe la palabra Geología, introduciéndose y siendo aceptada luego por todos. Será esta además, la época en la que Hooten descubre para la Geología la expresión de tiempo profundo, así como la idea de uniformarismo; es decir, una explicación para dejar de recurrir a las catástrofes del pasado y proporcionar una explicación sobre la historia del planeta. Las ideas geológicas de Viera aparecen recogidas en su obra Noticias General de las Islas Canarias, así como en su Diccionario de Historia Natural.

Viera, manifestó que las Islas Canarias vendrían a formar parte de los restos de la Atlántida, afirmando al respecto que las Islas no son simplemente una erupción de volcán, aunque se podía inferir durante esa época que las Islas fueran de origen volcánico, aunque Viera fuera partidario de sostener la idea de que los volcanes son elementos destructores del terreno, pero actualmente, tenemos presente que los volcanes no sólo destruyen sino que también construyen.

Muchos son los campos que Viera trató a lo largo de su vida, nosotros sólo hemos tratado alguno de ellos, pero los mismo dan buena muestra de lo que una persona con un gran afán de conocimiento pudo realizar abarcando numerosas disciplinas y constituyéndose en uno de los ejes de la cultura canaria”. 

Viera respecto a su “Diccionario de Historia Natural”: “Viajar por viajar es error, es ser vagabundo; viajar por instruirse es todavía un objeto demasiado vago, la instrucción que no tiene un fin concreto, no es nada”.

Manuel Alvar también habla sobre el carácter de creador ilustrado de Viera en su “Nuevos estudios y ensayos de literatura contemporánea”, p. 20, observando un nuevo matiz el del José de Viera viajero: “Don José de Viera y Clavijo hizo un largo viaje y escribió las noticias de cuanto vio y le intereso en su ‘Diario e itinerario de mi viaje a Francia y a Flandes’… por los años de 1777 y 1778: describe iglesias, palacios, sitios reales, colegios, parlamentos, academias, bibliotecas…, asistió a juntas de las Academias francesas, siguió curso de física experimental, de química y de historia natural,… Y luego escribió su ‘Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias’, tan lleno de enseñanzas y doctrinas, de curiosidades y de saber humanístico, de aplicaciones técnicas y de patriotismo: ‘Viajar por viajar es error, es ser vagabundo; viajar por instruirse es todavía un objeto demasiado vago, la instrucción que no tiene un fin concreto, no es nada’”. 

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